Mucho se dice acerca del impacto de las TICs en
el medio ambiente. En este aspecto, la percepción general
indica que son las grandes máquinas las que producen la
mayor cantidad de CO2 (Dióxido de Carbono). Pero esta
idea es fundamentalmente falsa. La siguiente gráfica nos
ayudará a tener una idea más clara al respecto:
La información anterior no considera por ejemplo, la existencia
de otros dispositivos electrónicos ó que el usuario
puede tener en casa más de un dispositivo listado, lo que
complica enormemente los cálculos exactos.
Es importante saber que el uso de internet representa el
5.4% de toda la energía consumida en el mundo entero y
en términos energéticos representa más CO2 que todas las
aerolíneas existentes juntas.
No obstante lo anterior, se espera que las tecnologías de
la información y las comunicaciones tengan la responsabilidad
de reducir la emisión de CO2 en un 22% hacia el
año 2020.
El cambio esperado atribuible a las tecnologías de la información
en general, es pasar de una ineficiencia global a
una eficiencia sostenible en el tiempo, siendo fundamentales
para que se puedan producir los efectos positivos sin
imponer efectos secundarios negativos a las personas o a
las instituciones.
Consideremos el simple hecho de no ir al supermercado
sino que ordenemos nuestra compra a través de un portal,
lo cual implica no sacar el auto de casa y hacer el viaje
de ida y vuelta cargando todo lo que necesitamos. Ahora
imaginemos que este hábito los adquieren 100 millones de
personas en todo el mundo: Entonces estaríamos propiciando
un ahorro de emisiones de 200 TM CO2 diarias en
el mundo, cosa que es bastante significativa.
Definitivamente, las tecnologías de la información no van
a resolver por sí solas el problema del cambio climático,
pero ayudan a medirlo, documentarlo y calcular sus efectos
todo el tiempo, desde la pequeña estación meteorológica
rural hasta los mega sistemas de prevención de huracanes
y tsunamis.
Este artículo trata de lo que se puede hacer con estas tecnologías
y no se está haciendo.